
Hasta entonces, había vivido llenando toneladas de papel con dibujos, había hecho una pila de historietas tan amateurs que estaban dibujadas de los dos lados de la hoja y cosidas con hilo y aguja, tapa incluída; había vivido la odisea de dejar mi pueblo, Villa Ramallo, para arrojarme a las entrañas desconocidas y amenazantes de la gran ciudad. Buenos Aires, a la que me imaginaba con los fondos de las historietas de Patoruzú: claros, limpitos...; había vendido Curitas por las calles, había cargado heladeras y lavarropas en una empresa de artículos para el hogar mientras estudiaba por las noches en el IDA, junto a tres grandes Maestros: Pablo Pereyra, Ángel Borisoff y Narciso Bayón.
IDA, circa 1977: ...(algunos nombres no recuerdo)... Massaroli, Teresa, Carlitos, Alberto Seco, José Colamussi...; abajo: Vicky, Víctor Toppi, Pablo Pereyra, Alicia, Lidia Akamine y Juaro Romero
El azar quiso que mi tío Pancho, encargado de una estancia en los campos de Ramallo, conociera a García Ferré y se le ocurriera recomendar a aquel sobrino "medio loco que anda haciendo dibujitos en la Capital". Don Manuel, siempre atento a nuevos artistas, le indicó que fuera a verlo y ahí estaba yo, el 6 de junio de 1973, habiendo mostrando mis dibujos y sido aceptado, entrando en la pequeña recepción en que una simpática Elisa me recibió muy sonriente. Afuera quedaba el frío de la calle; se estaba bien allí. Me presentaron a mis compañeros de equipo: Raúl Barbero, aún mi gran amigo, Roberto Bat, el jefe del equipo, Rafael Bossio. ¡Iba a trabajar en el equipo de la revista quincenal Aventuras de Hijitus!
Con García Ferré en 2010, cuando pude testimoniarle todo mi agradecimiento por haber confiado en aquel muchacho principiante y haberle dado la posibilidad de ingresar al mundo del dibujo y aprender, aprender, aprender...
Una vez conducido a una oficina grande, abarrotada de mesas llenas de páginaa a medio dibujar, ese mismo día, fueron apareciendo mis nuevos compañeros: Leandro Sesarego, "Cuerito" Rodríguez Uzal, Gladys Esquivel, Turconi el corrector... Luego llegarían Hugo Casaglia, Goyo Mazzeo, Néstor Córdoba, Néstor DÁlessandro, Palmioli y los compañeros que siguen siendo grandes amigos: Natalio Zirulnick, Santiago Scalabroni, Alberto Grisolía, Patricia Breccia, Carlos Corrales y tantos otros... De pronto, ¡estaba instalado en el corazón mismo del mundo del dibujo!

¿Un sueño cumplido? ¡Sí!... Pero al día siguiente hubo que despertar y
comprobar que el esfuerzo tenía que ser diario, el estudio constante y
la atención nclaudicable si quería seguir allí y "hacer carrera".
No era fácil. Hice lo que pude... y tan mal no me fue, porque aquí
estoy, cuarenta años después, sin haber dejado jamás de dibujar
historietas de todas clases. Buenas, malas, cobradas o sin cobrar, no
importa tanto como el hecho de que desde aquel día, he vivido en el
mundo que elegí: el de la magia, el dibujo, la historieta, la aventura.
¡Cómo no darle las gracias, don Manuel! ¿Cómo no agradecer a todos los que me ayudaron (y ayudan )
a lo largo de este difícil pero único y maravilloso camino de la
historieta?... ¡MUCHAS GRACIAS, COMPAÑEROS DIBUJANTES; GUIONISTAS;
HISTORIETISTAS!
Estimado José:
ResponderEliminarMuy bueno el blog, los recuerdos y el subir los dibujos. Felicitaciones y los espero tal cual has prometido.
Saludos.
William Gezzio
Haré lo posible por cumplir, amigo William! Gracias, Un abrazo!
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