Fue un largo y nostalgioso recorrido, cuadrito a cuadrito, estudiando y disfrutando de la sin par bruja de Daniel, recordando sus enseñanzas, las tardes en el living de su departamento con las páginas sobre la mesa, las charlas frente al Parque Centenario... Llevó mucho más tiempo que las historias anteriores, pero creo que finalmente salimos adelante. No estábamos solos: el director de arte de Egmont, Fernando Guell, via internet, supervisó este primer trabajo. Luego nos dejaría trabajar solos. Creo que nos lo habíamos ganado.
El guión pertenece a Lars Jensen, y hasta la fecha, tengo noticias de que esta historia se ha publicado en 10 países.
Este año tuvo también una inusual y fructífera experiencia, cuando en el mes de mayo, la editorial me invitó a un seminario en su estudio de Barcelona, España, donde me encontré con muchos de los artistas que trabajaban para la Egmont, como el holandés Daan Jippes, el finlandés Kari Korhonen, los catalanes César Ferioli, Paco Rodriguez, Marga Querol y muchos otros, y me reencontré con Ulrich Schroeder, Fernando Guell y Byron Eriksson, a quienes ya había conocido en Buenos Aires, y el brasileño Euclides Miyaura, quien, inesperadamente, resultó ser el mismo que había conocido en la editorial Abril en Sao Paulo durante mi visita en 1981. ¡No, si el mundo es un pañuelo nomás, como dice el tango!
Sergi, Guell, Jippes, Querol, Schroeder, Jordi Alfonso, Miyaura, un editor brasileño y Massaroli
Para completar, llegó el momento de emprender una nueva faceta en mi carrera: la de guionista. Convocado por mi amigo Ramón Gil, fui invitado a fines de 2005 a la presentación de Los Grutynos, personajes creados por el empresario rionegrino Beto Noy, en la ciudad turística de Las Grutas, en la Patagonia Argentina. Poco después, Noy me ofreció dar forma de guiones a sus ideas, para ser dibujados en forma de tira diaria por Ramón, con el pasado a tinta del infaltable Raúl Barbero. La historieta se publicó durante dos años en el diario patagónico Noticias de la Costa. Fue un gusto muy grande volver a trabajar con viejos amigos y compartir con ellos viajes y aventuras en el sur, a donde volvimos varias veces, siempre llevados de la mano por estos simpáticos duendes marinos, Los Grutynos.
Presentando Los Grutynos en Viedma, 2006: Gil, María y Beto Noy, Massaroli y Barbero
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